Elin (Alexandra) ya es atractiva de por si, pero esa foto está tan bien realizada que su atractivo aumenta exponencialmente y ademas adquiere una elevada carga sexual para ser una simple imagen “neutra” casi en las antípodas de lo explicito. Tres factores a mi juicio contribuyen a la inaudita voluptuosidad de la imagen: Por un lado su mirada -que vale más que mil palabras-, la pose: de desconcertante erotismo, y el vestuario: que grita por si mismo. Quizá un cuarto factor que potencia todo lo anterior sea la repetición que otorga la proyección, es decir, ver la imagen como una sucesión de varios fotogramas prácticamente similares en lugar de la captura de uno solo. Aquí en el post las imágenes pierden fuerza en las cualidades descritas, pero repasen la escena y verán.
No es de extrañar que Agnes se masturbe después de estar mirando la foto de Elin.
Y si Elin representaba en su foto a la lolita resabiada que convierte el invierno en primavera, Agnes en la suya es la representación de lolita al borde del cuento de hadas. Su cara angelical y ese halo de inocencia... incluso su blusa está abotonada cual si fuera la capa de un hada.
La voluptuosidad aquí todavía está enmascarada en candidez a pesar de ser Agnes dos años mayor que Elin, corroborando así el evidente relativismo de la “edad sexual”.